Por más que el usuario sea cuidadoso al volante y tome todas las precauciones, existe un factor que provoca que existan accidentes al cambiar de carril: el punto ciego.
Si bien el cambio de carril es una maniobra rutinaria, sucede que, muchas veces, en uno de los costados puede quedar escondido otro vehículo al mirar por los espejos laterales; si el conductor gira sin advertirlo se presenta una situación riesgosa que puede derivar en un accidente.
Esta situación, mejor conocida como punto ciego, ha tratado de ser corregida por los fabricantes de automóviles por medio de dos sistemas: uno es la alerta de cambio de carril y el otro es el monitor de punto ciego.
Gracias a dichos recursos el automovilista es notificado de que circula un vehículo por el costado, advirtiendo que no hay suficiente espacio para cambiar de carril.
¿Cuál es la nueva propuesta de Ford?
Ford acaba de presentar una tecnología que complementa la gestión de los sistemas de alerta de cambio de carril, el cual interviene en forma activa para ayudar a los conductores a evitar este tipo de accidentes.
Este nuevo Sistema de Mantenimiento de Carril con Asistencia en el Punto Ciego, que debuta mundial en el nuevo Ford Kuga, monitorea el punto ciego para detectar los vehículos que se acercan por detrás y, en caso de prever la posibilidad de colisión, acciona ligeramente el volante para motivar la reacción del conductor y evitar una maniobra peligrosa.
A diferencia de la alerta o el monitor de punto ciego convencional, que solo avisa mediante una luz en uno de los espejos laterales la presencia de vehículos en esta zona sin visibilidad, el nuevo Sistema de Mantenimiento de Carril con Asistencia en el Punto Ciego va más allá.
Además de generar la alerta, esta tecnología es capaz de ejercer una suave presión sobre el volante para evitar que los conductores cambien de carril y acaben, de ese modo, en la trayectoria de otro automovilista.
Para su funcionamiento, los sensores de radar de la asistencia en el punto ciego del Kuga escanean los carriles paralelos para buscar vehículos hasta 28 metros atrás, 20 veces por segundo, mientras que el auto circula a velocidades de entre 65 km/h y 200 km/h.
Gracias a la cámara delantera, el sistema monitorea las marcas de la carretera; si detecta la intención de cambiar de carril, y la tecnología calcula que con esta maniobra podría llegar a chocar contra otro vehículo, interviene automáticamente.