Como parte del aire acondicionado (A/A) de los vehículos, existe un recurso muy importante para el óptimo funcionamiento del mismo, se trata de la función de recirculación, que se activa o desactiva a voluntad por medio de un control.
¿Para qué sirve la recirculación de aire?
Como su nombre lo dice, esta función hace que el aire que sale por los ductos recircule o bien se recicle. Al activarla, a través de un control con el símbolo de una flecha circular, se atrapa la humedad dentro del automóvil; esto permite que el habitáculo esté lo más fresco posible.
¿Cuándo se debe usar la recirculación de aire?
Lo ideal es que esta función del A/A se active en temporadas o días calurosos, puesto que el habitáculo se enfría más rápido. Debido a que el sistema no atrae aire del exterior, también es recomendable su uso cuando existen malos olores en el exterior, al transitar en destapado o cuando se conduce detrás de un vehículo que arroja muchos gases por el escape.
¿Cuándo no se debe usar la recirculación de aire?
Considerando que la recirculación atrapa humedad dentro del vehículo, no es bueno activarla cuando hace mucho frío o en días de lluvia, puesto que provocará que los cristales se empañen.
¿Qué pasa cuando el sistema de aire acondicionado no tiene el control de recirculación?
Si no existe dicho control en el vehículo, es probable que el automóvil esté equipado con sensores que monitorean los niveles de humedad en la cabina. Esto quiere decir que de manera automática el sistema cambiara entre aire fresco y recirculado, según sea necesario. En este caso, los automotores equipan ionizadores para no dejar entrar polvo o malos olores.