Existe una condición muy común en quienes se desplazan en vehículos que es el mareo o cinetosis, según nombre científico. Y si crees que esto es poco común, se calcula que un tercio de la gente desarrolla síntomas una vez en su vida.
¿Estamos ante un inesperado enemigo de los vehículos autónomos?
Normalmente quien maneja no lo padece, pero para los acompañantes la historia es más complicada. Entonces, ¿qué va a pasar cuando ninguno maneje, es decir, todos nos volvamos acompañantes? Y peor aún, cuando algunos vayan de espaldas al sentido de circulación aprovechando esas configuraciones estilo living que prometen los vehículos que se manejan solos.
¿Por qué pasa esto?
La cinetosis se produce cuando hay una “pelea o diferencia de opiniones” entre los distintos sentidos, estos le avisan al cerebro cuál es su alineación con el entorno. Puntualmente hay una discrepancia entre los ojos y el oído interno, responsable del equilibrio del cuerpo mediante un líquido que avisa al cerebro si está quieto o en movimiento. Mírelo de esta forma, mientras el oído dice que va a velocidad, sus músculos comunican que está quieto, y si no está fijando la mirada en el entorno en movimiento (leyendo, etc.) el caos sensorial es total.
Por ahora, una de las soluciones la da Citroën que acaba de patentar unos lentes llamados Seetroën que cancelan este problema. Sin embargo, su precio es elevado y todavía no tiene pinta de llegar a nuestro país.
