Son muchos los carros que brillan desde la concepción misma y otros, por cuestiones del azar o de un buen marketing y posicionamiento, pasan de ser “patitos feos” a cisnes con un claro esplendor en ventas.
Este es el caso del Mercedes-Benz Clase A que se basó en el Vision Concept A93 que tenía ciertos inconvenientes de inclinación en las curvas, problema que arregló la marca de la estrella tras modificar su chasis y agregar el control de estabilidad- ESP-.
Su potencial era el gran espacio interior de 1.360 litros que para la época era un lujo y 1.760 con los asientos abatidos.
En mayo de 2004 terminó su primera generación y se habían vendido en el mundo $1.1 millones de vehículos.
El Mercedes-Benz Vision Concept A 93 fue reemplazado por otro Monovolumen –el W 196-, que inició su producción en la segunda mitad de 2004 y continuó con éxito hasta 2012, momento en el que la marca germana dio un giro importante al pasar de Monovolumen a hatchback, siendo esta la tercera generación de la Clase A; y de paso competir directamente con el Audi A3 y BMW Serie 1.
La historia del Clase A no se detiene ahí ya que la cuarta generación vio la luz casi de inmediato y pasó al buen retiro a la Clase B, CLA y GLA.
El Mercedes-Benz Clase A sigue siendo uno de los referentes de la marca de la estrella, basta decir que es uno de sus “bestsellers” y por su historia de patito feo, claro que tiene mucho que celebrar.