Finalmente, Trump ha regresado a la Casa Blanca con un amplio plan de acción en diversos temas. Entre los más importantes para la región están migración y aranceles. Sin embargo, a nivel local, también pretende implementar cambios significativos en la electrificación automotriz, incluyendo la eliminación de algunas políticas y el retiro de apoyo económico para las redes de carga de vehículos eléctricos (EVs).
La primera acción del nuevo presidente de Estados Unidos en este tema será dejar sin efecto las iniciativas impulsadas por la administración Biden, que tenían como meta que para 2030 el 50% de los vehículos vendidos en el país fueran eléctricos, un proyecto respaldado por diversas marcas automotrices.
Además, se eliminará el crédito tributario federal, que incluía subsidios, reducciones de impuestos y otros incentivos que favorecían a los autos eléctricos frente a otras tecnologías. Sin estos beneficios, los EVs podrían volverse más costosos, reduciendo las opciones reales para los compradores.
Otro cambio significativo será el retiro de los 7,500 millones de dólares que Biden había asignado para el desarrollo de la red nacional de cargadores de autos eléctricos. Este proyecto buscaba instalar cerca de 500,000 estaciones de carga para 2030, pero dicho presupuesto ya fue detenido.
Estas medidas también están acompañadas de regulaciones más flexibles en el control de emisiones y una revisión de los recursos energéticos, con el objetivo de que los compradores puedan optar por una mayor variedad de vehículos, no solo eléctricos. Asimismo, se espera que el gobierno flexibilice las normativas de ahorro de combustible y emisiones, regresándolas a los niveles vigentes en 2019.