En 1999 SEAT lanzó al mercado un hatchback compacto que se convertiría en uno de sus modelos más icónicos, el León, un vehículo que está celebrando 25 años de vida siendo la mejor muestra del diseño, refinamiento y desempeño de la marca española.
Tan relevante es, que fue elegido como el primer modelo de Cupra cuando la firma se independizó, ayudando a consolidarla en el mercado de los deportivos de lujo en muy poco tiempo.
Este hatchback nació con un enfoque muy especial, pues al ser tan cercano al exitoso y reputado VW Golf, la marca española tenía que buscar cómo desmarcarlo y darle su identidad, así que del lado del diseño buscaron darle un aspecto un poquito más alargado en la parte posterior (no la clásica caída recta del hatchback), mecánicamente fue dotado con una suspensión más firme y llantas más anchas y finalmente, del lado mercadológico se vendió como un hatchback más accesible y con un manejo más deportivo que el Golf.
Cuatro generaciones más tarde, este auto sigue siendo un sinónimo de manejo deportivo y poco a poco ha ido ganando refinamiento interior, con mucha atención al detalle en la generación actual en la que la iluminación LED y la conectividad son claves.
También ha destacado en el deporte motor y el León Super 2000, con motor TDI logró dos Campeonatos Mundiales de Turismos (WTCC) en 2008 y 2009, y en 2017 su tercera generación fue reconocida como el Mejor Auto del Año para las categorías de turismos bajo la especificación TCR.
Para 2025 por primera vez el León de SEAT y el de Cupra separarán sus caminos, al menos del lado de la estética, pues con la actualización del hothatch de Cupra, el frontal cambió por completo, para comenzar a forjar su camino.
Se espera que el próximo año se luzca la actualización del SEAT León, para darle impulso a la segunda mitad de su ciclo de vida y mantenerlo como uno de los referentes del segmento.
