Cuando Leslie Mark Kendall, curador general del Museo Petersen de Automovilismo, se pone detrás del volante del Delahaye 1938 color negro intenso con franjas anaranjadas, un sentimiento de calma se apodera de él. Pone en marcha el carro, lo escucha rugir, se da vuelta hacia mí y sonríe.
“Hay arte en todo este auto”, dice Kendall, “arte en su aspecto, arte en la maquinaria y arte en conducirlo. Los autos trascienden el transporte”.
Partimos detrás de un puñado de autos increíbles, y nos siguen más de un centenar en el Concurso de la Elegancia de Pebble Beach.
“Los autos solamente pueden ser completamente entendidos y apreciados cuando son conducidos para ver que hagan lo que se supone que deben hacer”, asegura Kendall, “ver estos autos te alegra el corazón. Aun cuando valen millones de dólares, puedes conducirlos a diario: tienen un desempeño moderno. No manejarlos es no tener la capacidad para comprender lo esencial.”
Este día condujimos el Delahaye cerca de una hora. El viento en nuestros rostros (plegamos el parabrisas sobre la tapa del capó) y el hermoso paisaje de la península de Monterey como telón de fondo para los espectadores: un museo rodante. Hay gente en cada esquina, saludando y tomando fotografías de estos maravillosos autos al pasar.
Rolex es el principal patrocinador de la Semana de los Autos Clásicos de Monterey, que incluye este recorrido, el Encuentro de Automovilismo de Quail, la Reunión de Automovilismo de Monterey y el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, el más antiguo de todos los eventos de autos clásicos.
La participación de Rolex es orgánica y lógica. Es una de las marcas de relojes más coleccionables con modelos clásicos que se venden por sumas increíbles de dinero en el mercado de segunda mano, y modelos modernos, como el completamente nuevo Rolex Daytona con bisel de cerámica, que tienen una alta demanda incluso en medio de una crisis económica mundial. Por ello tiene sentido el hecho de que Rolex apoye una celebración de la maestría y la elegancia de los autos clásicos.
“Los relojes mecánicos y los autos van de la mano”, dice Kendall, “la belleza está en el mecanismo, no sólo en el uso. Estos productos tienen alma. No se puede evitar sonreír cuando los ves”.
REUNIÓN DE MONTEREY Y ROLEX
En el día entre el encuentro de Quail y el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, nos dirigimos a la pista de carreras de Laguna Seca para ver estos autos clásicos, muchos de los cuales compiten en cualquiera de los eventos, dan vueltas a la pista y sus pilotos se divierten como nunca.
Estas no son sólo “carreras de caballeros” que se contentan con poner en marcha sus preciadas posesiones y dar los primeros pasos en la pista. Muchos de ellos están allí para ganar y se lo toman en serio. En la pista hay una amplia variedad, con algunos autos de carreras auténticos que aún pueden alcanzar grandes velocidades en las rectas al tomar las curvas, mientras otros más antiguos necesitan un poco más de tiempo para arreglárselas.
La Reunión de Automovilismo de Monterey ofrece una prueba de cómo solían ser las cosas antes de la fibra de carbono y la electrónica; y el olor de la gasolina, el aceite quemado y las glorias presentes y actuales en el aire hacen sonreír a todos.
Pero la verdadera estrella es Jackie Stewart, quien admira los autos y se detiene de vez en cuando para conversar con alguno de los propietarios. Puedes ser una celebridad en el mundo real, pero aquí en Pebble Beach, donde los autos son los reyes, la verdadera realeza son los conductores y las leyendas que se ganaron un lugar poniendo sus vidas en peligro.
Doscientos veintiocho vehículos de 16 países y 30 estados fueron exhibidos en los hoyos 17 y 18 del campo de golf de Pebble Beach en el 66 Concurso de Elegancia de Pebble Beach, que se celebra cada año. Con tantos automóviles fantásticos en exhibición, es una competencia reñida.
El ganador de lo Mejor del Show de este año fue un Lancia Asturia Pinin Farina Cabriolet, de 1936, uno de los seis autos construidos para un distribuidor de Lancia en Biella, Italia. Propiedad de Richard Mattei, de Paradise Valley, Arizona, este auto perteneció alguna vez al guitarrista Eric Clapton.
Una presentación especial en Pebble Beach, este año, fue la del 50 aniversario de la victoria del Ford GT40 en Le Mans, con 17 vehículos alineados a la orilla de donde se realizó el concurso, con el Océano Pacífico al fondo. Fue verdaderamente una vista digna de contemplar entonces y de recordar hoy.
Al igual que Pebble Beach, Quail y la Semana del Auto Clásico de Monterey, Rolex es una exhibición de clase. La presencia de Rolex está por todas partes, en letreros, relojes, materiales y mucho más, pero al mismo tiempo fue sobria, como sus relojes.
El punto principal es que la mayoría de la gente que vino a estos eventos llevaba puesto un Rolex, tenía una colección de relojes Rolex o planeaba comprar uno pronto. Como apunta Sir Jackie Stewart: sencillamente tiene sentido.