Chiba, Japón. A tan solo unos días de su debut mundial en el marco del Salón de Tokio 2013, viajamos a las afueras de Tokio, en el Sodegaura Forest Raceway para conocer a fondo la creación más extrema de NISMO, la filial de Nissan encargada de otorgar de un desempeño más deportivo a los vehículos de la firma. El GT-R NISMO es el buque insignia de esta marca que cuenta ya con 30 años de vida y un palmarés en las competencias muy nutrido, pero que sin embargo es hasta ahora que se enfocará en las versiones deportivas de los modelos Nissan de la misma manera que lo hace BMW Motorsport con los autos BMW o AMG con los Mercedes–Benz.
Evidentemente, la mejor manera de acreditar a NISMO como una marca seria era partiendo de Godzilla como modelo base. El resultado es simplemente espectacular, el GT-R NISMO 2014 entrega 591 hp y 481 lb-pie de torque extraídos del mismo V6 de 3.8 litros pero con cambios en los turbocargadores y algunos otros componentes. Son casi 50 hp más que el GT-R base.
Adicionalmente, el GT-R NISMO se ha sometido a una dieta que ha eliminado el aluminio en favor de la fibra de carbono para elementos como tapa de cajuela, cofre y todo el kit aerodinámico que incluye un enorme alerón posterior, faldones y difusores que le confieren mayor downforce al vehículo sin afectar el coeficiente aerodinámico (francamente no sabía que esto era posible) y unos rines que también ahorran un par de kilos por pieza. El interior también adopta unos asientos frontales de fibra de carbón firmados por Recaro.
Suspensión y sistema de tracción también han recibido mejoras en aras de mejorar el desempeño del deportivo de Nissan.
Todo lo anterior, se traduce en un auto que ha marcado 7:08 en Nürburgring que para poner en perspectiva es 11 segundos más rápido que el GT-R anterior y prácticamente que cualquier otro auto de producción, salvo por el Porsche 918 Spyder que dicho sea de paso es 5 veces más costoso.
Tras el volante es intimidante
El circuito de Sodegaura ha sido tomado por un inmenso equipo de personas que trabajan para NISMO, una explicación del circuito en un salón seguida de una vuelta de reconocimiento a bordo de una minivan denominada Elgrand que dicho sea de paso sería una dignísima competencia de una Sienna o un Odyssey es todo lo que nos separa del poderoso GT-R NISMO.
Hay que utilizar casco y al subir la primera gran sorpresa es que el volante está a la derecha, que resulta lógico, puesto que estamos en Japón. Luego de unos minutos de espera (en los que aprovecho para poner en modo R la suspensión, tracción y control de estabilidad) para salir al circuito (que parecieron una eternidad) es mi turno. Al salir de pits e incorporarme a la recta principal piso el acelerador a fondo y la sensación es brutal, el auto me pega al asiento con una fuerza sorprendente e inmediatamente percibo que se acelera mi ritmo cardiaco, casi instantáneamente es momento de doblar a la derecha, una curva muy rápida, seguida de otra que forma un pequeño lomo, por lo tanto es ciega. He de confesar que la vuelta de reconocimiento en la cómoda minivan no ha servido de nada, el GT-NISMO es rapidísimo, pero es más sorprendente el "grip" que tiene que parece infinito y aun así cuando hago un cambio descendente para acometer una pequeña ese y acelero a fondo, el torque es tal que el auto se desacomoda ligeramente, para con una pequeñísima corrección y gracias a toneladas de electrónica volver a trayectoria instantáneamente.
Llego a la recta principal, esta vez sin tener que pasar a pits y en unos cientos de metros ya ruedo a poco más de 200 km/h, freno con firmeza para entrar a la primera curva nuevamente, en esta ocasión la velocidad era tal que entro pasado y el ápex me queda atrás, por lo tanto se me reduce el espacio para salir de la curva, una corrección un poco más brusca es todo lo que se necesita para encarrilar de nuevo, el auto en un momento me recordó que si bien es cierto es un súper auto que se vale de la electrónica más avanzada para hacer auténticas maravillas, también es una bestia que demanda mucho respeto.
Las siguientes vueltas suceden sin sobresaltos, disfrutando de los cambios súper rápidos que se efectúan desde las paletas en el volante, la dirección extremadamente precisa y comunicativa, así como un poder asombroso que me azota al respaldo al abandonar cada curva.
Veo la bandera a cuadros, ojalá tuviera el significado que todos conocemos. Aquí lo único que quiere decir es que mi turno ha terminado y tengo que dejar la pista y bajar de Godzilla 2.0, un auto que me ha acelerado el pulso como ningún otro.
El GT-R NISMO vuelve a poner una referencia bien alta para los vehículos deportivos y la razón es muy simple, no hay ningún otro vehículo que pueda entregar el valor de este auto en términos de desempeño versus precio y es que si bien es cierto 150 mil dólares suenan a mucho. Verdaderos titanes de nombres como Pagani Zonda, Ferrari Enzo o Koenigsegg CCX de precios varias veces más abultados no pueden presumir un 7:08 en el infierno verde.
Manejando el Nissan GT R NISMO 2014 en Japón